• Santificar los Carnavales de Barranquilla.
• No perder el acento, aunque vivas en otra tierra, o te vayas de viaje.
• Amar al JUNIOR, sobre todos los equipos del mundo.
• Saber que la Luna de Barranquilla tiene una cosa que maravilla.
• Hacer caso omiso a quienes dicen que somos unos costeños flojos. Al que te diga eso extiéndele una invitación para que vaya a moler cemento, a pleno sol, a las 12:00 del día.
• No perdonarle la vida a cuanta mojarra, butifarra, patacón con queso, mango verde con sal o arepa e huevo se te atraviese.
• Saber que la MAIZENA no es solo para hacer papillas o coladas.
• No perder al bailar el paso costeño, aunque el son sea desconocido.
• Sentirse orgulloso de que en esta tierra vendan ALEGRIA... con coco y anís.
• Adorar al MAR, aunque estés trepado en la montaña más alta del mundo.
• Dar rienda suelta a todo el mal genio caribeño, cuando alguien hable mal de nuestra tierra.
• Respetar la Cumbia sobre todos los bailes del planeta.
• Disfrutar de la Playa, Brisa y Mar, que es lo más bello de la tierra mía.
• Pelear por una arropilla, bolita e coco, bollo e’ yuca con queso, cucayo o una fría.
• Conocer el significado y uso perfecto de: Eche, Añoñi, Ñapa, Iraaa, Aja y qué, Juepajé…
• Aunque te toque emigrar, no olvidarte nunca de tu tierra, del olor de la guayaba y de las brisas de diciembre.
• Cuidar, amar y respetar a Barranquilla hasta que la muerte nos separe.
