sábado, 28 de noviembre de 2009

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde

Volviendo con el tema de las bases militares en Colombia. Hace unos pocos días, mientras comía con un par de compañeros de trabajo, salió a colación el problema que se está gestando en Latinoamérica, respecto a las bases militares que USA va a instalar en Colombia. Y, lo que más me dejó pensando de la conversación, fue cuando uno de los comensales comentó la historia de una base militar Estadounidense que había en un pueblo de Madrid, España. La historia resulta un poco cruel, porque mientras la base funcionó, realmente no molestaba a nadie, pero, algunos personajes nefastos, empezaron a reivindicar el rescate del suelo patrio y la eliminación de dicha base. Con las arengas y consabidas pancartas de siempre, consiguieron engañar al pueblo y que los gringos se cansaran y se fueran. El resultado fue que, cuando los del pueblo se dieron cuenta de la triste realidad, casi la mitad de sus habitantes se habían quedado sin empleo, sin contar con la enorme cantidad de empleos indirectos que se perdieron por la misma razón. Despúes todos querían que los gringos regresaran, para recomponer su error, pero como siempre ya era demasiado tarde.

Así que, compatriotas colombianos, no nos dejemos engañar y recibamos con agrado las benditas bases, que al final lo único que nos traerán será beneficios, sobre todo económicos, por la enorme cantidad de empleos que se generarán a su alrededor. Si al Gorila rojo y a sus adyectos le molesta esto, que se muerdan el codo, porque lo de las bases no lo para nadie, píquele al que le pique y duélale al que le duela.